
El pasado fin de semana se llevó a cabo en Mar de plata (Buenos Aires) la final de la copa Davis entre Argentina y España. Al equipo español se le habían complicado las cosas semanas antes cuando Rafael Nadal anunció que la lesión que tenía en la rodilla le impediría disputar la ansiada final. A partir de ese momento, poca gente apostaba por el equipo español, entre esas pocas personas estaba el capitán Emilio Sánchez Vicario que no dudó de la capacidad del resto de jugadores en ningún momento. Aunque se hablara de porcentajes de 70 a 30 para Argentina, ni el capitán ni los jugadores tiraron la toalla, y al final, esa tenacidad y el patente compañerismo se impuso a la favorita Argentina.
El viernes jugó David Ferrer y perdió, por lo tanto las cosas se afeaban para España pero, después apareció Feliciano López y se impuso al argentino Del potro. La final se igualaba y como resultado crecía la tensión. El sábado jugaron el dobles la pareja española formada por Fernando Verdasco y Feliciano López que tras cinco largos sets lograron sacar otro punto para España y como consecuencia de ello pusieron al equipo por delante en la competición. El domingo Fernando Verdasco salió a la pista vestido de superman y logró ganar el punto definitivo para dar a España su tercera Copa Davis.
En mi opinión, esta Copa Davis no fue de un altísimo nivel como suele suceder en la competición tenística de equipos por excelencia. En el último y definitivo partido se cometieron muchas dobles faltas y había más tensión cuando el argentino Acasuso restaba que no cuando sacaba. Además, se cometieron mucho errores no forzados por parte de los dos jugadores que indicaban que el juego no era de gran calidad.
Pese a todo esto, España ganó, y lo hizo gracias al compañerismo entre los miembros que conforman el equipo. Para darse cuenta de esto, solo hace falta ver la reacción de Nalbandian, que después del partido de dobles que perdió ni siquiera se dignó a aparecer en la rueda de prensa por el enfado que tuvo con el que había sido su compañero de partido. Esta situación era todo lo contraria a la del equipo español que no dejaron de apoyarse unos a otros ni en los momentos más adversos de la competición. Por último me gustaría añadir que el buen ambiente no solo era entre los jugadores que se encontraban en Mar de plata sino, también entre los que desde España mandaban sus felicitaciones y mensajes de apoyo al equipo. Creo que el compañerismo fue la clave para que España ganara la competición, porque hizo que las mentes de los jugadores que salieran a la pista fueran más fuertes y no se vinieran abajo como le sucedió al equipo argentino.