
El pasado sábado se disputaba en el Estadio Lluis Companys el derbi catalán. Todo transcurría con relativa normalidad (no podemos considerar normales del todo los insultos que se dedicaban una afición a otra), hasta que en el minuto 20 de la segunda parte, un grupo de radicales del Barça empezaron a lanzar bengalas contra una de las gradas donde estaban situados algunos aficionados del Espanyol. A partir de ese momento el espectáculo fue del todo lamentable (dejemos las decisiones arbitrales a un lado). Hubo un estado de histeria colectiva por parte de las dos aficiones: algunos periquitos querían saltar al campo y los “Boixos nois” continuaban lanzando bengalas, y así hasta siete. Pero allí no acaba todo, porque estas personas, por así llamarlas, han sido capaces de decir en su página web cosas como estas: “Los registros fueron inexistentes”, “No nos extraña que alguien pueda introducir bengalas u otros objetos” y “No se separó correctamente a las aficiones”. En mi opinión, estas declaraciones no hacen más que ponerles en evidencia y confirmar lo que todos pensamos, que se trata de personas sin ningún tipo de autocontrol.
Tras lo vivido el sábado, yo me pregunto: ¿se trata de seres racionales los que componen este grupo o quizás como su propio nombre indica (boixos nois) están completamente locos? Yo no tengo respuesta a ello, lo he intentado, poniendo excusas como: el ambiente estaba muy caldeado, las decisiones arbitrales no estaban siendo buenas..., pero todo esto a lo único que me lleva es a hacer mención a la sabia frase que dice: Conserva la calma en las discusiones, porque el apasionamiento puede convertir el error en falta y la verdad en descortesía.
Ahora solo nos queda confiar en la justicia, en que las sanciones que se impongan a estas personas sean justas, las cumplan y les sirvan para lo que están, reinsertarse.
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